Tu hotel no se vende porque no es un producto. Es solo un lugar para dormir.

La mayoría de los hoteles independientes no tiene un producto claro. Tienen cuartos. Pero los viajeros compran experiencias, no metros cuadrados. El error más común: pensar que tu hotel ya es un “producto” Uno de los mayores errores de los hoteles pequeños es creer que por tener camas, wifi y aire acondicionado ya están listos para competir. Pero hoy el huésped no busca solo dónde dormir, sino qué vivir. En nuestras consultorías con hoteles independientes en México, encontramos un patrón: 8 de cada 10 hoteles tienen nombres de habitación genéricos y descripciones pobres. Esto hace que pierdan hasta un 40% de visibilidad y ventas frente a su competencia. ¿Qué significa “desarrollar tu producto hotelero”? No se trata de construir más habitaciones ni de hacer remodelaciones costosas. Se trata de repensar cómo vendes lo que ya tienes: Rediseñar tipos de habitación: pasar de “Habitación Estándar” a “Habitación Doble con Balcón Privado” puede duplicar tu tasa de clics. Crear diferenciadores claros: cafetera, kit de playa, desayuno incluido o bicicletas gratuitas pueden transformarse en ventajas competitivas si se comunican bien. Empaquetar atributos de valor: si tienes habitaciones con cocina, jardín privado o acceso a alberca, conviértelo en una categoría que se distinga. Usar nombres atractivos: los nombres tipo “Villa Selva – Familiar” o “Estudio Arena con Cocineta” generan más clics en Booking y Airbnb que nombres como “Habitación 3”. ¿Y qué pasa si no lo haces? Tu hotel se vuelve invisible frente a otros que sí han trabajado su producto. Y eso, en un mercado como el de Bacalar, Tulum, Ciudad de México o San Cristóbal, donde la oferta crece cada año, significa perder relevancia y dinero. El resultado de un buen desarrollo de producto Mayor visibilidad en OTAs (más clics = más reservas). Tarifa promedio más alta por percepción de valor. Más reservas anticipadas por confianza visual y textual. Diferenciación frente a la competencia.